Soy Mireia, madre de dos preciosos mellizos prematuros de bajo y muy bajo peso.
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Al nacer, mis bebés fueron ingresados en la UCI Neonatal del hospital y estuvieron ingresados un total de 13 y 27 días respectivamente que se hicieron eternos. Por suerte, en estos momentos son unos bebés sanos, guapos y gorditos, aunque permanecen en revisión por las circunstancias de su nacimiento.
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Cuando terminó mi permiso de maternidad, me vi obligada a pedir una excedencia para cuidar de mi hijo, con lo que supone el hecho de que entre un solo salario en casa. Investigando sobre la situación en la que nos encontrábamos, descubrimos una prestación de la cual no nos informaron en ninguno de los 4 servicios sociales con los que tuvimos contacto. Esta ayuda que percibo actualmente me permite cobrar mi salario completo y lo más importante, cuidar de mi hijo.
También descubrimos que perdimos el derecho a solicitar ayudas que correspondías a mi hijo por su situación y que por desconocimiento de su existencia no las solicitamos a tiempo. Además, nos dimos cuenta de que las asesorías tradicionales no están especializadas en maternidad y desconocen qué hacer en casos especiales como el nuestro, sin mencionar que no siempre tramitan de manera correcta las ayudas o tiempos de baja que corresponden cuando se dan casos no tan habituales. Varios amigos y familiares que han sido padres o están próximos a serlo, manifiestan la misma carencia de información y dudas que teníamos nosotros.
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Por estos motivos mi marido y yo nos propusimos ayudar a que futuros padres no pierdan el derecho a las ayudas y días que les corresponden por desconocimiento y fundamos Mariposas en la panza.